viernes, 10 de septiembre de 2010

Newells - Esta Lepra te mata



La interna en la barra de Newell’s, que ya se cobró dos vidas este año, continúa. “El domingo puede haber una masacre”, avisó el jefe.

En 1909, cuando La Lepra era incurable y azotaba al mundo, en una medida vergonzosa se decidió la exclusión de los enfermos y su confinamiento en Leprosarios, sin contacto con el mundo exterior. Un siglo después, el planeta está más civilizado pero a los Leprosos de Rosario inoculados con el virus de la violencia, habría que juzgarlos y recluirlos en prisión, para parar una enfermedad que está llenando de muerte al Coloso. Porque la interna de la barra, que ya se cobró dos vidas este año, sigue a full y promete otro reguero de sangre. El sábado, en medio del partido contra Independiente, el Panadero Ochoa, jefe de los violentos, fue atacado por un grupo de sus secuaces para desbancarlo y quedarse con el negocio de la tribuna que incluiría el tráfico de estupefacientes en toda esa zona de la ciudad. Pero Ochoa no está dispuesto a ceder: el miércoles estuvo en el club junto a 100 miembros de su fracción planeando el partido contra Argentinos del domingo, y ayer en una nota en el diario La Capital, avisó: “Nosotros vamos a viajar. Y si la Policía les permite ir a ellos, puede haber una masacre”. Increíble.

Lo cierto es que ante esta situación, Newell’s tomó dos decisiones: la Subcomisión del Hincha no fletará micros hacia Buenos Aires como hace habitualmente y tampoco se venderán entradas anticipadas en Rosario, para tratar de desalentar el viaje de los hinchas. La Subsef organizó un operativo en Capital con 300 efectivos pero se teme lo que pueda ocurrir durante el trayecto en la Panamericana, por lo que Gendarmería custodiará puestos clave para que nada suceda.

Para entender la interna hay que remontarse a los días de Pimpi Camino como capo del Coloso. Por entonces, el fallecido barra tenía el manejo de todos los negocios vinculados al fútbol y le dejaba el tema de las drogas a la banda Los Monos, cuyo liderazgo se atribuye a la familia Canteros, tres de cuyos integrantes están presos acusados de instigar el ataque a los micros de la barra el 4/2/10, en Panamericana, cuando el Panadero ya era el capo y que dejó una víctima fatal: Walter Cáceres, de sólo 14 años.

Ahora, Los Monos habrían decidido retomar el control de ese negocio en el Parque y para eso se habrían aliado al segundo del Panadero, Matías, y a una banda dirigida por Maximiliano, hijo del Quemado, un viejo barra Leproso. Los cerebros de la operación habrían sido El Chamala y Teto, dos narcos con vínculos policiales. Por eso no llamó la atención la impunidad que tuvieron para atacar a Ochoa en la cancha y dejarlo tirado en la puerta sin que ningún oficial hubiese intervenido.

Ambas fracciones intentaron estos días tener la oficialización del club y la Policía. La dirigencia contestó con un “nosotros no reconocemos a ninguna barra” pero habrá que ver cómo juegan los hombres de azul, siempre con intereses en estos menesteres. Lo cierto es que el Panadero juntó un grupo grande y algunos dicen que hasta trajo gente que no es de Newell’s, como el Chapita, Benito, Tucán, René y Fabio, para copar la parada. Y del otro lado, se asegura que el Teto y Chamala están ofreciendo 300 pesos por cabeza a quien quiera viajar a La Paternal pasado mañana, para librar lo que ellos dicen será “la batalla final”. En medio de todo esto, como siempre, están los hinchas que sólo van a la cancha a ver a Newell’s. ¿No es hora de que el Estado juegue alguna vez para ellos y deje de amparar a los violentos?

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