jueves, 23 de septiembre de 2010

Boca - Durmiendo con el enemigo


Más pruebas de la relación entre policías, clubes y barras: la Federal ocultó imágenes de un procedimiento a La Doce que complicaba a Boca y a los violentos. Por esta razón, un juicio a uno de los capos y una causa clave podrían caerse.

La pelea contra la violencia en el fútbol sólo puede ser exitosa si todos los involucrados trabajan mancomunadamente. La Justicia hace su parte pero los clubes y policías, ya sea por miedo o connivencia, muchas veces terminan ayudando a quienes dicen combatir.

Olé accedió a documentos que demuestran cómo efectivos de la Federal direccionaron una investigación sobre La Doce para sacar del ojo de la tormenta a Boca y aliviar la situación de los barras. El hecho ocurrió el 5/10/08 tras el partido contra Estudiantes en la Bombonera. Ahí se detuvo a un auto de alta gama donde viajaban tres primeras líneas de La Doce. Entre los elementos secuestrados hubo cientos de carnets que utiliza la barra para ingresar y hasta para alquilarlos por partido. Pero esas imágenes, que complicarían al club y a la barra, no fueron incorporadas a la causa. ¿Por qué? Algunos dicen que existen miles de efectivas razones que no se explicitan. La Justicia sólo recibió una foto donde se ven apenas dos carnets y las armas secuestradas, que después serían inutilizadas rompiéndoles el martillo para que no fueran consideradas armas, aliviando así la situación de los violentos. En la instantánea del procedimiento se ve al jefe de Seguridad de Boca de entonces, el comisario Jorge Gómez, y algunos oficiales que participaron del operativo pero no aparecerían en el sumario. Esta imagen, sugestivamente, tampoco fue a la Justicia y ambas salieron a la luz en una conferencia contra la violencia en el fútbol que organizó el Partido Popular.

El tema, grave en sí, podría tener consecuencias nefastas. La causa contra el barra Oscar Otazú estaba elevada a juicio oral y había otra contra la Comisaría 24. Ahora ambas podrían caerse por las irregularidades de la Policía dejando todo en la nada. Increíble, pero tristemente real.




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