jueves, 9 de septiembre de 2010

VIOLENCIA . Corridas, gases, “presencias” y heridos





EL RECONOCIDO BARRA DE ROSARIO CENTRAL, Andrés Pillín Bracamonte fue visto en la platea destinada a los dirigentes visitantes. Allí festejó el empate y el delantero Toledo se lo dedicó. Fue el comienzo de la violencia en el estadio Grella. 


El jefe de la barra brava de Rosario Central, Andrés Pillín Bracamonte, estuvo en la cancha de Patronato. Bracamonte, condenado a dos años y ocho meses de prisión efectiva por amenazar a un empleado del club rosarino, había solicitado el jueves último a la Justicia de esa ciudad que se le otorguen salidas transitorias para trabajar en la empresa que maneja con su mujer. Según lo informado por medios de esa ciudad y de Buenos Aires, la respuesta desde la Sala IV de la Cámara Penal rosarina se brindaría la próxima semana.
Además, según su abogado, Carlos Varela, la intención del pedido era que “permanezca fuera del lugar de detención en el horario diurno y pernocte en el lugar de detención”. Por eso sorprendió verlo anoche en Paraná.
En el primer tiempo, estuvo con un numeroso grupo de simpatizantes de importante talla física y con la característica de estar camuflados bajo capuchas. Entre ellos estaba Hernán Castellano, entrenador de arqueros del plantel y ex guardapalos canalla quien trabaja como entrenador de arqueros e incluso acompañó los movimientos de Jorge Broun antes del partido. 
El grupo estuvo rodeado por un cordón policial y se mantuvo calmo… hasta que Jorge Baliño sancionó el penal a favor de su equipo. A partir del gol, los visitantes festejaron fervorosamente y recibieron la dedicatoria del autor, Javier Toledo. Antes del partido los jugadores de Central saludaron hacia ese sector. 
Así salieron del anonimato y así se ganarían la salida de la cancha.
En el entretiempo, un cordón policial los mantuvo a raya, tanto que hasta rodearon a Pillín tan cerca que se dificultó retratarlo con las cámaras fotográficas e incluso se dice que terminó escuchando el partido por radio en la zona de vestuarios. Lo que no quedó claro es si los policías lo reconocieron o no. Según el gobernador de la Provincia, Sergio Urribarri, “los policías tenían identikit de todos los barrabravas que podían llegar acá. Incluso de él (por Pillín Braccamonte)”. Lo que no contaban era que el Barra iba a ingresar por el mismo lugar (Churruarín) que lo hicieron dirigentes y jugadores. ¿Cómo hizo?
Sin embargo, para los periodistas que cubrían el sector y para los plateístas que lo reconocieron, no hubo dudas de que se trató del barra que fue deportado de Sudáfrica, durante el Mundial Fifa 2010.


LA HECATOMBE. Al comienzo del segundo tiempo, los barras visitantes habrían abandonado el Presbítero Grella escoltados por la Policía Entrerriana. Esta acción y el penal sancionado en contra de Patronato en el epílogo de la primera etapa, fueron las causas que desencadenaron la bronca de los hinchas locales.
Los apostados en la cabecera que da a calle Grella se lanzaron contra el enrejado que separa populares de plateas. Los forcejeos iniciales pasaron a mayores cuando los hinchas arrojaron bombas de estruendo al grupo de uniformados.
La represión no se hizo esperar y la cosa se fue de manos, tanto que el partido se interrumpió siete minutos. Hubo gases lacrimógenos, balas de goma, pirotecnia, empujones.
El saldo fue un mínimo de tres policías heridos, uno de ellos el comisario Jorge Lazzari, quien tuvo que ser intervenido quirúrgicamente por cortes en el rostro. El propio gobernador abandonó su lugar en el palco para mediar entre los revoltosos y la fuerza del orden. Finalmente, tras una decena de minutos, la tranquilidad volvió y la pirotecnia se usó para arengar al público a alentar.




Llamativo pedido
“Les pedimos a los hinchas que por favor paren, los hinchas de Central ya no están en el estadio”…La voz del Estadio le pidió así a los simpatizantes que frenen con la violencia. 




Urribarri habló del partido


Tras el agónico empate de Patronato, festejó con ganas, porque vivió el partido de manera especial.
Se lo vio sonriente, relajado y disfrutando de la producción de Patronato en el primer tiempo. Con rostro endurecido cuando a Patrón le sancionaron un penal polémico.
Muy resolutivo cuando se produjeron los incidentes entre la parcialidad de Patronato y la Policía de Entre Ríos (incluso se ubicó al lado del jefe del operativo para calmar los ánimos). Su rostro denotó nerviosismo cuando Kily González convirtió el 2-1 parcial para los rosarinos. Y de relax cuando Diego Jara convirtió el penal que selló el 2-2. Así lo vivió el gobernador de Entre Ríos. Sergio Urribarri vio el partido como es su costumbre, como un futbolero apasionado. Estuvo al lado del presidente de Patronato, José Gómez, y del vice Tito Hollmann y tras el partido hizo su análisis: “Merecimos ganar, pero también pudimos perder. Jugamos contra un grande y estamos demostrándole al fútbol argentino que estamos a la par de cualquiera”, dijo, con tono orgulloso. En cuanto a la convocatoria del público, que fue vista por todo el país por la transmisión de televisión, valoró: “Sin duda, demostramos al país que toda una provincia está detrás de este equipo”.


DE IGUAL A IGUAL. Otro que también lo vivenció de manera especial fue el titular del club santo, José Gómez: “Fue el mejor partido de Patronato. Le jugamos de igual a igual a un grande, planteándolo con inteligencia y hubiera sido justo que nos lleváramos la victoria”.
“Nos queda el sabor amargo de un penal que nos cobraron que no fue, pero tendremos que ir acostumbrándonos. De todos modo, nuestros jugadores mostraron mucha hombría”, dijo, con satisfacción.





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