lunes, 20 de septiembre de 2010

Velez - La guerra de los violentos




La guerra de los violentos de Vélez, a full: le pegaron al ex jefe, Marcos, y hubo tiros frente al club.
Una va a la Villa Olímpica y se nota que Vélez es un club modelo. Uno camina por el Polideportivo, y entiende por qué buena parte de la zona Oeste de Capital y Gran Buenos Aires elige hacerse socio del club de Liniers. Pero en lo que hace a su barra brava, la política de Vélez no escapa a las generales de la ley. Le dieron cada vez más concesiones y el monstruo creció hasta hacerse incontrolable. Y lo que muchos decían que no sucedería, pasó: hace varios meses La Pandilla tiene una interna que sigue in crescendo y nadie sabe donde puede terminar. El mes pasado hubo una pelea en la confitería del club que terminó con un tiroteo en la puerta, y en la madrugada del jueves tras el partido por Copa Sudamericana contra Banfield, pasó lo mismo: se armó en la tribuna y después hubo lío en las cercanías del Amalfitani, con disparos incluidos.
El incidente comenzó en la cancha cuando Marcos, que perdió el paravalanchas poco antes del Mundial (justo cuando se bajó su coequiper, el Tano, para dedicarse a la política), empezó a agitar a la gente que estaba a su alrededor. Ahí uno de los nuevos capos, Pedro, que integra la ONG de barras kirchnerista Hinchadas Unidas Argentinas, lo enfrentó y lo dejó maltrecho. En inferioridad de condiciones, la gente que le responde a Marquitos decidió tomarse revancha afuera. Y en la madrugada, un familiar suyo apodado el Chino fue hasta donde estaba reunida la flamante jefatura y habría disparado dos tiros a modo de intimidación. Esta noche Vélez va a defender su liderazgo a la cancha de Arsenal. El clima está caldeado y la CD, jugando con fuego, sigue sin incluir a la barra en el derecho de admisión.

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